749. Imaginación, diferenciando la magia de la realidad de la pura ilusión.

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Idea principal.

De los sueños o la de los engaños. La que nos libera y nos inspira y la que nos ata y nos engaña. ¿Cómo diferenciar una de otra? ¿En qué tenemos que fijarnos, cómo detectar la negativa? ¿cuál es la línea a seguir?

En las ocasiones en que me he visto involucrado en situaciones en que la imaginación de los sueños perdidos tomó el control de mis decisiones, una de las imágenes que mejor puedo recordar es la de la mirada de alguien sabio, de alguien que entendía, de alguna persona que ni tan siquiera se atrevía a apenas comentar ¿estás seguro?. Y si lo comentaba seguía haciendo mis planes quijotescos al margen de las posibles respuestas.

Esas miradas las recuerdo como parte de las conclusiones a las que tenía que hacer frente una vez acabado el fiasco. Si hubiera hecho caso, si me hubiera parado a reflexionar, la verdad que esa mirada era un discurso…

Era imposible. La vorágine del momento lo hacía muy imposible. Imposible de parar, de respirar, de ponderar todo lo que estaba involucrado. De poner el freno de mano y decidir objetivamente sobre las circunstancias. Tenía que vivirlo.

Son aprendizajes que nos pone la vida delante para que nos sintamos mal, para que veamos que no somos inexpugnables ni perfectos, que nos equivocamos en aquello que quizás nos sentimos más seguros, más tranquilos con eso de “A mi no me va a pasar nunca eso…”.

Esos aprendizajes ponen a prueba nuestro orgullo y nuestro ego. Si vencemos la prueba, nos sentimos más pequeñitos, más vulnerables y frágiles. Si no la superamos, echamos la culpa a los demás, a las circunstancias, a la mala suerte, a esa piedra que encontré en el camino y no vi… perdón, no quise ver, en especial, la segunda vez que me tropecé con ella.

Difícil reconocer la ilusión que te eleva falsamente a los cielos de la prudencia y sensata visión de la realidad que te acerca a la realidad y al suelo. La vida aparece como un sutnami de oportunidade que no puedes, que crees que no puedes dejar pasar.

Si lo hubiera sabido… Muchas veces a los terapeutas nos comentan cosas los pacientes como de “no, si no me quería casar pero…”, “no si estaba completamente seguro de que el negocio iba a funcionar aunque tuve un sueño que me decía lo contarío…”, “sabía que algún día suspendería pero no quería saber que eso fuera cierto….”.

La voluntad se ve arrastrada por la pasión, el exceso de confianza o la creencia que la buena suerte llegará por arte de magia. Para magia la que realizan los duencillos que dejan al descubierto la parte de nosotros mismos que nos cuesta ver.

Valga este programa para advertir que la pasión viene de pasivo y aunque te parezca que estás activo, simplemente el destino está jugando a que la imaginación arrolle a la fe y a la confianza, a la sensatez y el pasito a pasito, a la ilusión sana, al trabajo bien hecho y las decisiones bien tomadas y reflexionadas.

La imaginación en estos casos borra incluso el dolor y el sufrimiento del ahora, del aprendizaje del pasado y nos pinta un mundo que va a cambiar sin que tú tengas que transformarte. Cuando en realidad, el mundo cambia cuando tú cambias. Cuando tu imaginación ya no depende del deseo sino de la sabiduría que has acumulado a lo largo de los años.

La clave está en el cómo. En cómo voy viviendo el camino que realizo. En si ese camino me trae paz o consigue estresarrme, crearme angustias y dudas que susurran que, por favor, dé marcha atrás.

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