
Idea principal
Lo denomino la «transferencia empática«, esa capacidad para imaginar que las personas van a reaccionar como yo reacciono puesto que yo me vuelco en ellas, empleo energía, recursos, tiempo y que se van a dar cuenta de mi esfuerzo y van a responder equilibrando la situación.
Nada más lejos de la realidad.
Ideas de apoyo
Es un hecho habitual en las personas de alta sensibilidad.
Deriva de nuestra capacidad empática.
Deriva también de nuestra imaginación y visión inmadura de la realidad.
Se pone en marcha en cualquier situación. Cuanto más conoces a la persona o más cercana estás, más fácilmente se produce.
Es una gran fuente de frustración que se cronifica.
¿Cómo remediarla?
Las otras personas no están obligadas a responder de la forma que yo creo conveniente, por mucho que me haya esforzado yo en ellas.
Cada persona tiene su propia vida y sus propias balanzas.
Es necesario que sea yo quien haga el cambio, no esperar a que la otra persona lo haga.
En mi cambio, es preciso valorar hasta qué punto doy y hasta qué punto recibo.
En esa balanza, que puede ser muy variada según los ámbitos, hay que tener en cuenta que si doy demasiado, es necesario rectificar.
En esa rectificación va a ser incluida la capacidad de defender mi terreno, mis propias ideas, mi autenticidad y mi esencia.