Cuando espero que hagan lo que yo hago.

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Idea principal

Lo denomino la «transferencia empática«, esa capacidad para imaginar que las personas van a reaccionar como yo reacciono puesto que yo me vuelco en ellas, empleo energía, recursos, tiempo y que se van a dar cuenta de mi esfuerzo y van a responder equilibrando la situación.

Nada más lejos de la realidad.

Ideas de apoyo

Es un hecho habitual en las personas de alta sensibilidad. 

Deriva de nuestra capacidad empática. 

Deriva también de nuestra imaginación y visión inmadura de la realidad. 

Se pone en marcha en cualquier situación. Cuanto más conoces a la persona o más cercana estás, más fácilmente se produce. 

Es una gran fuente de frustración que se cronifica. 

¿Cómo remediarla?

Las otras personas no están obligadas a responder de la forma que yo creo conveniente, por mucho que me haya esforzado yo en ellas. 

Cada persona tiene su propia vida y sus propias balanzas. 

Es necesario que sea yo quien haga el cambio, no esperar a que la otra persona lo haga. 

En mi cambio, es preciso valorar hasta qué punto doy y hasta qué punto recibo. 

En esa balanza, que puede ser muy variada según los ámbitos, hay que tener en cuenta que si doy demasiado, es necesario rectificar. 

En esa rectificación va a ser incluida la capacidad de defender mi terreno, mis propias ideas, mi autenticidad y mi esencia. 

La necesidad de leer: la pulsión de volar en las ideas.

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Idea principal

Uno de los momentos cumbre del desarrollo de la humanidad y uno de las claves en las que los hombres nos volvemos hombres, más que homínidos, es cuando aparece la escritura. A partir de dicha invención de la escritura empezamos a dividir la historia y la prehistoria. Surgió, según cuentan, hace unos cinco mil años, que se dice pronto, hacia el tres mil AC. Hay teorías que ponen el inicio de la escritura en la cultura sumeria, en Babilonia.

Ideas de apoyo

No podemos vivir tantas vidas y vivencias como nos gustaría. No podemos asistir a tantos cursos y conferencias como nuestra curiosidad nos anima. No podemos vivir más que una vida, la nuestra. Gracias a la lectura nos adentramos en el maravilloso salto hacia uni -multi- versos desconocidos, audaces. El que es tímido se identifica con el héroe, el que es curioso aprende, el que es respondón se pelea con las ideas del autor /a y algunas, incluso, las hace suyas.

El que lee se olvida de sí mismo y se vive en unas palabras que crean vivencias únicas e irrepetibles para esa persona. Una segunda lectura es otra vivencia diferente a la anterior.

La imagen se crea en nuestra pantalla mental, diferente a la de otros lectores aún siendo el mismo libro el leído.

Se respira la lectura, se puede fácilmente volver a releer un párrafo o capítulo dada su complejidad, su belleza o, acaso, su tensión rítmica.

Cada libro, al cogerlo de las manos, se convierte en su peso en una ilusión que llevamos en la mano, bajo el brazo o en la bolsa donde lo acabamos de comprar o de retirar de la biblioteca.

Cada libro aguarda ser leído o releído, seriamente, paciente-mente en su lugar de la estantería.

El libro ya no es un amasijo ordenado de celulosa con tinta, se convierte en un tesoro en nuestras mentes.