Idea principal
Cómo no, unos pequeños consejitos para hacer de la espera un momento agradable por muy desesperante que pueda parecer. Son pequeños ejercicios divertidos, que pueden aumentar nuestra capacidad creativa, de inventiva, que pueden provocar una risa tonta en nosotros mismos, sonrisa que solemos disimular ante miradas interrogantes de gente que nos pilla riéndonos de la nada. Sugerencias para hacer volar nuestra sensibilidad.
Ideas de apoyo
- Mira a tu alrededor e intenta redescubrir un nuevo objeto, algo que quizás no te habías fijado antes. Una baldosa el suelo de la calle, un detalle de una lámpara, un árbol, una papelera de la calle. Busca la inspiración en ese pequeño detalle. Imagina que estás dibujando ese objeto o escena y que para ti ese detalle es un elemento importante de ese cuadro o paisaje que estás pintando imaginariamente. Respíralo, nunca volverá a pasarte desapercibido.
- Busca palabras e intenta ver si tienen algún tipo de rima entre ellas o lazo común que las una. Deja vagar tu vista por si acaso aparece otra palabra que pueda completar el pequeño puzzle de vocablos que estás haciendo. Apúntalas en una pequeña libreta o en el móvil, como si fueras un investigador privado a la caza de una pista que nos devuelva palabras escondidas dentro de la realidad cotidiana. Incluso te animo a que inventes palabras, como ha hecho algún autor.
- Fíjate disimuladamente en una persona de tu alrededor. Inventa su nombre, en qué trabaja, en qué asuntos anda metido, preocupado, en qué emplea su tiempo libre. Inventa una novela en que dos desconocidos que tienes delante, por un hecho fortuito, un libro que se cae, una pregunta sobre una calle, se empiezan a conocer y viven una historia de amor, de amistad, una aventura empresarial o una simple conversación.
- Vete al pasado, a los buenos recuerdos. Escoge épocas, revive momentos, fiestas, sorpresas, que sólo con la intención ya te hagan sonreír. Dentro de esas excursiones o vacaciones, haz el esfuerzo de recordar escenas que te puedan dar un detalle que tenías olvidado, una caricia que sentiste, un respingo ante algo que creías que era y en realidad no fue. Momentos que es un verdadero placer recordar aunque no lo expliques a nadie y quede contigo mismo en tu recuerdo.
- Imagínate a ti mismo, a ti misma, esperando, en esa misma situación, dentro de 10 años, con la carga y la satisfacción de los años vividos a tus espaldas. Sé amable contigo mismo y ponte en buena salud y algunas arrugas de más o menos pelo. Siéntete con mayor calma, mayor sabiduría, siente tu mejora de tu intuición y el quizás deterioro inevitable de la visión. Vístete alegre, mírate rodeado de tus seres queridos.